El agua dura en las redes de suministros municipales

20190402_192627_0001

Está comprobado que incluso altos grados de dureza en el agua son, en la mayoría de los casos, positivos para la salud humana (especialmente en niños y adolescentes), siempre y cuando se trate de contenidos de calcio y magnesio naturales. Estudios han encontrado paralelismos entre el agua blanda y la mala salud dental, la acidificación y las enfermedades coronarias. El verdadero problema del agua dura lo encontramos en las incrustaciones de la cal en tuberías y electrodomésticos.

El fenómeno de incrustación calcárea, al contrario que la corrosión, es un problema propio del agua, independientemente del material que lo recorra.
Estos procesos se manifiestan por la aparición en la tubería de costras calcáreas constituidas por cristales insolubles de carbonatos cálcicos y magnésicos acompañados a veces de otras sustancias extraña.

Las redes de suministro municipales son unas de las mayores perjudicadas por las incrustaciones. El deterioro de los sistemas de distribución de agua potable pueden afectar a la calidad del agua debido a las condiciones de las tuberías. Además, produce obstrucciones en las mismas, sobre todo en las válvulas, provocando una disminución de caudal y mayores pérdidas de carga, así como un aumento en los costos de distribución y de mantenimiento.

En casos extremos, parte de la infraestructura queda inhabilitada temporalmente y, por tanto, provoca la suspensión el servicio. Este problema afecta tanto al suministro de agua potable a los ciudadanos como a otros servicios como pueden ser el riego de parques y jardines, las fuentes públicas, instalaciones municipales deportivas, industrias, etc.

La acumulación de sedimentos en los sistemas de distribución pueden proteger a los microorganismos de los desinfectantes. Estos organismos pueden reproducirse y causar problemas tales como mal sabor y olor, lo cual trae como consecuencia que el agua que llega al consumidor no esté apta para su consumo.

Habrá quién pueda pensar que la solución sería someter al agua a un tratamiento de ablandamiento. Este proceso, que se realiza con un equipo de descalcificación, tiene varios inconvenientes: la alteración de la composición química del agua, los altos costes de mantenimiento y la alta producción de agua de rechazo. Los intercambiadores de iones o los equipos de descalcificación comunes extraen del agua los iones de calcio y magnesio, es decir,
precisamente aquellos minerales disueltos que el agua necesita y que, de hecho, nuestro cuerpo es capaz de asimilar perfectamente. Por el contrario, los descalcificadores conocidos añaden al agua cloruro de sodio – o sea, sal de mesa – lo que con toda seguridad no es bueno.

Pero el mayor inconveniente es que este método es inviable para tratar agua de consumo municipal ya que, el mantenimiento sería costosísimo, la cantidad agua convertida en salmuera que produce de rechazo sería inasumible y, el principal: no existen descalcificadores que traten tantísimo volumen de agua. Además, el agua producida en los tratamientos de ablandamiento es ¨agresiva¨hacia los materiales usados en las redes de distribución. Así, por ejemplo, las aguas blandas de dureza baja, con carácter agresivo por exceso de CO2 y valor de pH bajo, producen corrosiones en tuberías de hierro, cobre y acero galvanizado.

Además no sólo son atacados los tubos por el agua que la recorre sino también por los materiales que las recubren como: cal, cemento y hormigones, productos bituminosos, etc. Es común encontrar, en instalaciones de agua excesivamente blanda, perforaciones y obstrucciones en las líneas de agua.

La solución pasa por la aplicación de la tecnología física, es decir, de los desincrustadores electrónicos, cuyo principio de actuación se basa en la modificación de la cristalización de las moléculas de carbonato de calcio mediante la aplicación de ondas electroestáticas que consiguen que pierdan su capacidad de incrustación.

En conclusión: creo que se debería intentar limitar el empleo de tratamientos químicos del agua a los casos en los que no existe otra alternativa, como puede ser en potabilización o exceso de nitratos, sulfatos, etc. y sustituirlos por métodos alternativos e ir a tecnologías más ecológicas y sostenibles , como son los desicrustadores electrónicos, en el casos del tratamiento de aguas duras.

Facebook
Twitter
LinkedIn
Pinterest

Deja un comentario

Este sitio usa Akismet para reducir el spam. Aprende cómo se procesan los datos de tus comentarios.